Fringilla coelebs Linnaeus, 1758 Nombre:

Pimientera

Ámbito:

Terrestre

    Origen:

Nativa

    Identificador:

11047

Mundial. Ocupa toda Europa, Macaronesia, norte de África, Oriente Medio y una banda de Asia occidental, por Siberia, hasta el oeste de Mongolia. Anida desde la zona boreal a la mediterránea, en todo tipo de bosques y en setos, jardines, parques y huertos de áreas agrícolas y urbanas (Harrison, 1982). España.

Distribución peninsular casi continua. Cría además en Mallorca y Menorca (la subespecie balearica está presente en la Península y el archipiélago), en Canarias, en las islas occidentales con tres subespecies endémicas (canariensis en Gran Canaria, Tenerife y La Gomera; ombriosa en El Hierro, y palmae en La Palma), y en Ceuta y Melilla (subespecie africana). Los huecos distributivos peninsulares corresponden a áreas desarboladas en La Serena, valle del Guadalquivir, La Mancha, SE árido, sectores de Tierra de Campos sin sotos y Los Monegros.

Llama la atención la ausencia del ave como reproductora en el sector del Ampurdán (Girona), en contraste con la ocupación reflejada en el anterior atlas de 1975-1995 (Purroy, 1997). Ave forestal ubiquista que también penetra en olivares y naranjales. En Canarias cría en el monte verde y en las masas de pino canario y pino de Monterrey pero donde coexiste con el Pinzón Azul abunda más en la laurisilva.

Ferrer et al. (1986b) consideran que su distribución en Cataluña viene limitada por la isohieta de 400 mm anuales de precipitación. Es también capaz de criar en matorrales de alto porte, por ejemplo en los piornales de la sierra de Gredos (Carnero & Peris, 1988).

Manifiesta un cambio estacional en la utilización del hábitat en gran parte de su área de distribución peninsular, pasando de ser un ave casi forestal en época reproductora a más generalista en invierno (Tellería et al., 1999; Borràs et al. en Estrada et al., 2004 vs. Aymí y Herrando en Herrando et al., 2011). Así, se le puede encontrar en una amplia variedad de ambientes, desde grandes masas forestales, bosques abiertos y dehesas, hasta olivares, bosques de ribera, mosaicos agrícolas o cultivos de secano. Esta elevada plasticidad ecológica se manifiesta en el hecho de que muy diversas configuraciones ambientales le permitan alcanzar elevadas frecuencias de aparición a escala de 100 km2, con presencias por encima del 30% de los muestreos por cuadrícula. No obstante, la combinación particular de variables que maximiza su abundancia relativa en la Península, con una aparición media del 63% de los muestreos por cuadrícula, corresponde a zonas cuyo paisaje, a escala general, sea predominantemente arbolado, si bien la cobertura de bosques caducifolios no debe exceder los 7 km2, mientras que los olivares deben ocupar al menos 2 km2.

Sin embargo, tiende a abandonar los bosques de alta montaña ocupados para criar como hayedos y pinares (Tellería et al., 1999; Borràs et al. en Estrada et al., 2004 vs. Aymí y Herrando en Herrando et al., 2011), en los que el clima es más riguroso y el suelo permanece cubierto de nieve durante largos periodos de tiempo, lo que le impediría la localización de semillas. Muestra una preferencia invernal por vegetación de complejidad estructural media con predominio de planifolios (Tellería et al., 1999; Lucini en Del Moral et al., 2002; Carrascal et al., 2003; Gainzarain, 2006; Aymí y Herrando en Herrando et al., 2011). Así, selecciona positivamente formaciones ecotónicas como los olivares, con más de 10 aves/km2, los encinares y alcornocales (muchos de ellos adehesados) con más de 20 aves/km2, o los mosaicos agropecuarios, donde se alcanzan las mayores densidades medias en el conjunto peninsular con 75 aves/km2.

Los bosques de ribera, con abundancias medias de 9 aves/km2, también son particularmente importantes en invierno, y localmente pueden darse notables incrementos poblacionales (como en algunos sotos fluviales del río Manzanares, en la zona centro peninsular: 6 aves/km2 en abril frente a 58 aves/km2 en enero; Cano, 2005). En Baleares aparece hasta en el 61% de los recorridos por cuadrícula, simplemente en zonas donde la temperatura mínima invernal es superior a 8 ºC. En Canarias, únicamente es posible distinguir que durante el invierno alcanza una frecuencia de aparición del 38% de los recorridos cuando la cobertura de bosques mixtos (monteverde, mezclado o no con pinares) es mayor de 11 km2.

Reproductor 2.600.000-6.400.000 parejas (1997).

Las subespecies palmae y ombriosa se consideran En Peligro (EN), pero no se pueden aplicar adecuadamente los criterios de la UICN a la subespecie canariensis (Datos Insuficientes, DD). Sin problemas de conservación. Favorecida en nuestro país por la tendencia al incremento de la superficie forestal. Mayor vulnerabilidad de las subespecies de Canarias que pueden verse afectadas por incendios forestales.

Propuestas: - Protección del hábitat (arbolado). - Control de la caza por pajareros. - Protección estricta y seguimiento de la población de F. c.

ombriosa de El Hierro.